“La exigencia
de competir cada día por
rating me debilitaba“
Resulta
toda una experiencia toparse con aquella cintura de la que tanto oíste hablar.
Una cintura que parece un anillo, un roce de dedos, una amenaza a la paz
mundial. Resulta inquietante verla llegar, saludar con la filigrana de su
sonrisa, atravesar la sala y ver cómo tras ella queda un campo vencido de
admiradores. Combina carisma y dulzura en una dosis peligrosa. Lo sabe y lo
ejerce. Seducir parece ser su manera de respirar. Justo bajo esa atmósfera
transcurrió esta conversación.
Era un encuentro para hablar de su nuevo disco, un disco donde quería
dejar claro su talento vocal como cantante. Sony Music fue el gran
intermediario. Pero, obviamente, aprovechamos la oportunidad para dibujar a
cuatro manos el retrato de su notable historia. Para ese momento, dos hechos
fundamentales no habían ocurrido: la muerte de su madre y el nacimiento de su
segundo hijo. Ocurrió, eso sí, una coincidencia feliz. Justo antes de empezar
el diálogo frente a las cámaras se le acercó su asistente con un celular. La
llamaba Tommy Mottola, su esposo y poderoso empresario musical, para
felicitarla. Era, nada menos, que la fecha aniversario de su boda. Ella estaba
en Miami y él, quién sabe dónde. Quizás en la noche aparecería bajándose de un
helicóptero o un jet privado, sorpresa o joya en mano. Cualquier extravagancia
cinematográfica podemos pensar. Mientras tanto, allí solo afloró el brillo
húmedo y enamorado de sus ojos. Pero estaba ante unas cámaras. Mejor calmar las
emociones y que comiencen las preguntas.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario